Hoy sólo quiero dejar un monólogo que escuché en un capítulo de Everwood (una de tantas buenísimas reflexiones) y que me parece muy interesante:
No te preocupes por el futuro. O preocúpate pero sabiendo
que hacerlo es tan efectivo como intentar resolver una ecuación de álgebra
masticando chicle. Es probable que los problemas más serios que te surjan en la
vida sean cosas que ni se te pasaron por la cabeza, de esas que te sorprenden
un martes a las cuatro de la tarde.
Todo los días haz algo que te de miedo
Canta.
No juegues con los corazones de los demás. No aguantes
que la gente juegue con el tuyo.
Cepíllate los dientes. No pierdas el tiempo sintiendo celos. Unas veces iras
ganando y otras perdiendo. La carrera es larga y al final solo compites contra
ti mismo.
Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos, y si lo consigues, dime
cómo.
Conserva las viejas cartas de amor. Tira los recibos viejos del banco.
Yérguete.
No te sientas culpable si no sabes que quieres hacer en
le vida. Las personas más interesantes que conozco no sabían lo que querían
hacer con su vida a los veintidós años. Algunas de las personas más
interesantes que conozco tampoco lo saben a los cuarenta.
Toma mucho calcio. Trata bien a tus rodillas; las echarás de menos cuando te
fallen.
Quizás te cases. Quizás no.
Quizás tengas hijos. Quizás no.
Quizás te divorcies a los cuarenta. Quizás bailes el rock
cuando celebres las bodas de platino.
Hagas lo que hagas no te congratules demasiado ni tampoco
te censures. Siempre has optado por una cosa u otra. Como el resto del mundo.
Baila. Aunque no tengas donde hacerlo más que en el salón de tu casa. Lee las
instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza, solo harán que
te sientas feo.
Conoce a tus padres. Nunca sabes cuándo se irán para siempre. Sé bueno con tus
hermanos. Son el mejor vínculo con el pasado y los que probablemente seguirán
contigo en el futuro.
Entiende que los amigos vienen y se van, pero que hay unos pocos escogidos que
debes conservar. Esfuérzate en no desvincularte de ciertos lugares y costumbres
porque cuanto más mayor te hagas más necesitarás a las personas que conociste
cuando eras joven.
Vive en Nueva York alguna vez, pero vete antes de endurecerte.
Vive en el Norte de California alguna vez, pero vete antes de ablandarte.
Viaja
No te hagas demasiadas cosas en el pelo o cuando tengas cuarenta años parecerá
el de alguien de ochenta y cinco.
Ten cuidado con los consejos que compras y ten paciencia con quienes te los
vendan. Los consejos son una forma de nostalgia. Ofrecerlos es una manera de
rescatar el pasado del vertedero, sanearlo, pintar las partes feas y reciclarlo
dándoles más valor del que tiene.
Pero, créeme en lo del protector solar
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